Estamos haciendo un experimento: invitar a gente de diferentes disciplinas a escribir sobre ellas y qué conocimiento buscan. Esperamos que este experimento crezca y se convierta en una especie de residencia de escritores. Queremos traer perspectivas frescas, ayudar a conectar ideas y que disfrutéis estas lecturas diferentes.
Nuestro primer residente es Nicolás, un antropólogo, y este es su primer post:
El siglo XX fue testigo del nacimiento de diversas metodologías que las ciencias sociales utilizaron para explicar el comportamiento de los grupos humanos.
En un comienzo, la antropología se dedicó al estudio de “los otros”, todos aquellos que no eran considerados como poblaciones “civilizadas”, mientras que la sociología se encargó de estudiar la forma en la que se organizaba la sociedad occidental y los retos a los que se enfrentaba. Con el paso del tiempo ambas disciplinas empezaron a diversificar sus objetos de estudio, lo que, eventualmente, permitió que estos fueran compartidos por ambas disciplinas, y así mismo, fueron compartidos sus metodologías de investigación. Dentro de estas metodologías destaca la etnografía, piedra angular de las teorías antropológicas producidas en el siglo XX y ahora compartida con la sociología.
La etnografía es una metodología que busca comprender los fenómenos sociales desde la perspectiva de quiénes lo viven de primera mano; esto implica que el investigador se comprometa a vivir en carne propia la cotidianidad del grupo investigado. En ese orden de ideas, el investigador estará sujeto a situaciones y problemas parecidos a los que viven sus sujetos de estudio, por lo que el conocimiento que obtenga será fruto de la experiencia.
Uno de los primeros estudios etnográficos, fue el resultado de un infortunio. En el año 1914 el antropólogo de origen polaco Bronislaw Malinowki, terminó atrapado en las islas Trobriand (Papúa Nueva Guinea) cuando realizaba un trabajo de campo. El estallido de la primera guerra mundial hizo que el Imperio Británico prohibiera su salida de aquel lugar, ya que se consideraba que por ser polaco (en aquel momento austrohúngaro) podría ser un espía. Tal prohibición obligó a este antropólogo a pasar varios meses en esta isla, conviviendo con los lugareños. Al final de dicha estadía, pudo formular su teoría sobre el kula, a partir de la experiencia y las observaciones que llevó a cabo.
Con el paso del tiempo, la etnografía se fue constituyendo como la piedra angular de la antropología social, ya que permitía a los investigadores tener un entendimiento profundo de las formas de ver el mundo de las “otras” culturas. Sin embargo, en la actualidad su importancia radica en que permite a los investigadores obtener tres tipos de comprensión sobre el día a día de los sujetos: El “qué”, el “por qué” y el “cómo es para ellos”.
En primer lugar, el “qué”, se refiere a una descripción del suceso o fenómeno que está ocurriendo. En segundo lugar, el “por qué”, suele ser una explicación (o teorización) que explica cuáles son las causas del fenómeno ocurrido. En tercer lugar, y tal vez el más importante de todos, es el “cómo es para ellos”, ya que le permite al investigador, entender cómo es percibido el fenómeno ocurrido por las personas implicadas en él; así mismo, puede llevar a cabo un contraste en la forma en la que él como investigador entiende el problema, con la forma en la que los sujetos implicados lo entienden.
La razón por la que me permito llamar a esta metodología de investigación “la joya de la corona” de la investigación cualitativa, es porque se erige como la herramienta más poderosa que tienen las ciencias sociales para explicar la vida cotidiana de las personas. En ese orden de ideas, es una herramienta que termina por dar cuenta de lo que ocurre a los sujetos en sus niveles de interacción más recurrentes. Así que el investigador puede emprender un recorrido que va desde una perspectiva micro, a una perspectiva macro, en busca de las respuestas a la pregunta ¿por qué las personas viven su día a día de la manera en la que lo hacen?
Nicolás Vallejo Morales
¿Y qué hacemos en la consultoría de transformación?
Cuando llegamos a una organización porque tiene una necesidad en la que podemos ayudar, uno de los primeros pasos es conocer el “qué”, el “por qué” y el “cómo es para ellos”.
Nosotros, en Tayari, estamos interesados en la etnografía como metodología de investigación, ya que, una parte de nuestra labor se enfoca en los grupos humanos que componen las organizaciones que solicitan nuestra ayuda. Para poder brindar esta ayuda, llevamos a cabo un proceso de descubrimiento que se enfoca en observar, conversar y analizar.
Teniendo en cuenta lo enunciado en el anterior artículo sobre la etnografía, nos damos cuenta de que hay un gran nivel de coincidencia, especialmente en dos puntos: Observar, en el cual nosotros nos involucramos y compartimos actividades con las personas de la organización para entender lo que ocurre en su cotidianidad. Conversar, en el cual hablamos con las personas para entender su visión de la realidad organizativa.
En el tercer punto, Analizar, recogemos los datos recogidos en las dos actividades mencionadas y logramos ubicar el por qué de las necesidades de la organización, ofreciendo razones desde nuestra perspectiva que no son capaces de observar ellos mismos.
Angela & Joserra